jueves, 12 de abril de 2007

POR QUÉ LAS FUNCIONES YA NO IMPORTAN: LAS NUEVAS LEYES DE LA TECNOLOGÍA DIGITAL

Tendencias Tecnológicas

El iPod nunca se vendió gracias a sus méritos técnicos: Apple descubrió una mina de oro al comercializar una forma novedosa y moderna de integrar la música en la vida de la gente. Incluso cuando Apple anunció el iPod con video, no lo presentó como el mejor reproductor multimedia del universo, sino como una nueva forma "cool" de ver "Desperate Housewives" y otros programas de televisión.

En el debate al parecer interminable acerca de los éxitos, anuncios, nuevos productos y próximas maravillas no anunciadas de Apple, las funciones y las especificaciones técnicas parecen dominar las discusiones. Sin embargo hay una lección que se debe aprender de los éxitos recientes de la compañía, y es una muy simple: las funciones ya no importan.

Bienvenidos a la Era de la Experiencia para el Usuario

Un aspecto clave de los modernos aparatos digitales es que las especificaciones técnicas son copiadas y replicadas fácilmente: el número de megapixels en las cámaras, la capacidad de almacenamiento en los reproductores de música o la velocidad de procesamiento en las computadoras personales son los mismos en todas partes. El resultado es que los factores que distinguen a una marca de otra pasan casi desapercibidos para los consumidores.

Es aquí donde la experiencia total para el usuario entra en escena. A medida que los dispositivos digitales y de computación ingresan con mayor fuerza en el mercado de los consumidores finales, las características y las funciones irán pasando cada vez más a un segundo plano como motivadores para la adopción de tecnologías. Tal como el iPod lo demuestra abrumadoramente, la experiencia para el usuario (además de una marca sólida y un marketing inteligente) es mucho más importante para el éxito de un aparato que las especificaciones técnicas. Los diseñadores de páginas web han reconocido la importancia de la experiencia positiva del usuario desde hace mucho tiempo; ahora es el momento de que los grandes proveedores de tecnología entiendan hacia dónde se dirige la industria.

10 reglas fundamentales para la era de la tecnología orientada a la experiencia del usuario:

1) Ofrecer más funciones no es mejor, es peor.
El exceso de funciones se está volviendo un verdadero problema. Lo último que un cliente desea es confusiones, ¿y qué es más confuso que comparar especificaciones técnicas, a menos que uno sea un experto? Sólo los nerds se divierten leyendo listas de funciones. (Yo lo sé: soy uno de ellos.)

2) No se puede hacer las cosas más fáciles agregando otras.
La sencillez significa hacer algo en la menor cantidad de pasos simples. Prácticamente cualquier cosa podría ser más simple -pero eso no se logra añadiendo más funciones.

3) La confusión es lo que más desanima a un comprador.
Confunda a un cliente y lo perderá. Y nada confunde más fácilmente que funciones complejas y poco intuitivas.

4) El estilo importa.
A pesar de lo que los nerds puedan creer, el estilo no es algo superfluo. Viéndolo en conjunto, el estilo es tan importante como las funciones, si no más importante. El estilo y la elegancia pueden contribuir significativamente a una experiencia positiva para el usuario. Pero el estilo no es sólo apariencia, es un enfoque global. No basta con una presentación de lujo.

5) Sólo las funciones que brindan una óptima experiencia al usuario serán utilizadas.
¿Por qué pegó el iPod? Porque su uso se explicaba solo, y por eso continúa siendo el líder del mercado en términos de experiencia para el usuario. Cierto, debe ser tremendamente difícil hacer que aparatos como los reproductores digitales o las computadoras sean fáciles de usar, pero si un producto es complejo, intimidante o confuso, su probabilidades de éxito son mínimas.

6) Cualquier función que demande aprendizaje sólo será adoptada por una fracción pequeña de usuarios.
Aprender nuevas funciones, incluso las que un usuario podría encontrar interesantes o intrigantes es un verdadero problema, porque nadie tiene tiempo para eso. Lograr que los consumidores actualicen y adopten nuevas funciones es uno de los mayores problemas que los productores de software enfrentan estos días.

7) Las funciones no utilizadas no sólo son inútiles, sino que pueden estorbar y reducir la facilidad de uso.
Con el tiempo los productos se vuelven complicados y cada vez más difíciles de usar. La frustración de no encontrar la función que necesita en medio de un montón de cosas que no necesita, desea o entiende, puede ser tremenda. (¿Alguna vez escuchó de un programa llamado Word?)

8) Los usuarios no quieren pensar en la tecnología: lo que realmente importa es para qué les sirve.
La mejor herramienta es la que uno ni nota. ¿Por qué creen que lápiz y papel siguen siendo inmensamente populares para el brainstorming? Porque uno no tiene que pensar en ellos. Los lápices no se cuelgan.

9) Olvídense de la función que cambiará el mundo. Bienvenidos a la era de la experiencia que cambiará el mundo del usuario.
Cuando la tecnología consigue algo deseable sin que uno se de cuenta, cuando sabe cómo integrarse a sus deseos y necesidades sin distraerlo de ellos, es cuando la tecnología se pone a la altura de su potencial. Lamentablemente, no es tan simple conseguirlo.

10) Menos es difícil, por eso menos es más.
Seamos honestos: normalmente es más difícil hacer cosas sencillas extremadamente bien, que sólo apilar funciones. La regla del 80/20 se aplica también en este caso: haga bien lo que 80 por ciento de sus usuarios hacen todo el tiempo y creará una óptima experiencia para el usuario.

Traducción de Why Features Don't Matter Anymore: The New Laws of Digital Technology

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